Estrógenos y progesterona: qué son, cómo se producen y diferencias

Muchos estudios recientes realizados en los últimos años han revelado información valiosa sobre las hormonas femeninas. En relación con ellas, los estrógenos y la progesterona son las dos hormonas femeninas más conocidas. Estas hormonas afectan a la libido de las mujeres y a sus relaciones sexuales.

Las hormonas son sustancias solubles que el cuerpo produce en pequeñas cantidades en nuestro organismo. Estas hormonas, en el caso de las mujeres, también se encargan de regular el sistema reproductor femenino. Aquí encontramos las dos hormonas que se encargan de esta regulación en la mujer: los estrógenos y la progesterona.


Estrógenos

Esta hormona femenina es la responsable de la maduración del aparato genital femenino. Se producen en los ovarios y son las hormonas responsables del crecimiento de los pechos, el pelo y las uñas.

Los estrógenos son las hormonas clave para el embarazo. Estas hormonas se encargan de estimular el útero para que el feto pueda desarrollarse eficazmente dentro del vientre de la madre. Cuando los estrógenos hacen su trabajo en el cuerpo femenino, promueven el crecimiento del tejido mamario preparando a la madre para la futura lactancia de su bebé.

Estos estrógenos son las hormonas responsables de regular el deseo sexual de la mujer y de moldear su cuerpo.


Progesterona


Después de la ruptura cíclica en los ovarios, se desarrolla la progesterona y gracias a ella los pechos y el útero funcionan correctamente. Durante la segunda parte del ciclo menstrual funcionan y se encargan de frenar los cambios proliferativos del endometrio provocados por los estrógenos durante su función.

Esto significa que, durante la primera parte del ciclo menstrual de la mujer, el apetito sexual es mayor, debido a un alto nivel de estrógenos.  Durante la maduración de los óvulos, la mujer empieza a perder el apetito sexual porque la producción de estrógenos es mucho menor.

Asimismo, durante el embarazo, en sus primeras semanas, la progesterona se encarga de nutrir de proteínas al óvulo fecundado. Una vez pasadas las primeras 10 semanas de embarazo, la placenta y los ovarios se encargan de producir esta progesterona, que es vital para el desarrollo del feto en los meses siguientes.

Esta hormona es muy importante, por ejemplo, en los tratamientos de fecundación in vitro, donde los especialistas administran progesterona a la madre para que el feto se desarrolle de la mejor manera posible.


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